La XV° edición del «Fin de Semana de los Faros Americanos», organizado por el R.C. Grupo DX Bahía Blanca de la Argentina, que tiene fecha confirmada por calendario internacional anual el tercer fin de semana de febrero de cada año, se realizará esta vez entre el viernes 17 y el domingo 19 de febrero de 2023.
Se espera la presencia de numerosos faros y balizas del continente Americano como en años anteriores, activados por radio clubes, grupos y colegas particulares. Hoy comienza la tarea promocional y la inscripción será a partir del lunes 2 de enero de 2023.
En esta primera comunicación con los amigos radioaficionados amantes de la activación y la «caza» de faros, es muy importante poder adelantar que estará en el aire el faro más buscado de la República Argentina. Se trata del Faro San Juan de Salvamento (54°43′56″ S – 063°51′25″ W), ARLHS ARG-002, también conocido como el «Faro del Fin del Mundo», ubicado al noreste de la isla de los Estados IOTA SA-049, en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Se trata del faro más antiguo de Argentina y el primero en ser levantado en las aguas australes.
Un equipo liderado por el amigo Carlos Daniel Bou LU5DNH, y que contará con el apoyo de la Armada Argentina, estará durante varios días en el faro coincidiendo la operación con el «Fin de Semana de los Faros» 2023. Es intención salir en todas las bandas en SSB, CW, digitales y satélites.
La construcción original del Faro San Juan de Salvamento data de 1884, cuando la División Expedicionaria al Atlántico Sur, al mando del comodoro Augusto Lasserre, estableció en la isla de los Estados una subprefectura marítima, un penal y una estación de salvamento para auxilio de los numerosos naufragios que se producían en las inmediaciones del cabo de Hornos.
El faro era una casa de madera de lenga (roble de Tierra de Fuego) de 16 lados, y de apenas 5 metros de alto por 9 metros de diámetro. El tejado casi circular estaba recubierto de una lona impermeable. Su equipo luminoso era del mismo tipo usado 3 años después en el faro Río Negro. La luz estaba proporcionada por 8 lámparas fijas de querosene colocadas detrás de unas ventanas cuyos cristales eran lentes de Fresnel. Vivían en él seis fareros.
Pero la ubicación del faro no proporcionaba una buena visibilidad de su haz de luz. Si bien estaba a 60 metros de altura la luz de las lámparas de aceite era muy débil. Por otra parte la nubosidad es alta y se estanca sobre los montes de la Isla ocultando el faro. También sucede que tanto la Isla de Año Nuevo como muchos islotes quedaban al norte del faro y muchos buques tratando de fijar su posición con el avistaje del faro naufragaron.
Por este motivo en 1901 el gobierno argentino, en colaboración con la Comisión Internacional Organizadora de la Expedición Antártica, decidió levantar el Faro Año Nuevo, situado un poco más al norte, en la isla Observatorio.. El faro dejó el servicio el 1 de octubre de 1902, día en que se prendió el Faro Año Nuevo al que se trasladó el Libro de Guardia del antiguo faro de San Juan de Salvamento. .
Julio Verne se inspiró en ese faro para escribir su novela El faro del fin del mundo, publicada póstumamente en 1905. Si bien el faro de la novela es una torre de piedra que nada tiene que ver con el faro real, el autor lo sitúa precisamente en el cabo San Juan de la isla de los Estados, entre la bahía del mismo nombre y una bahía de nombre ficticio, la bahía de Elgor.
El faro original fue abandonado y permaneció en ruinas cerca de un siglo. En 1989 con personal del Museo Territorial se hizo un primer relevamiento de la zona. En 1994 los restos fueron visitados por el navegante francés André Bronner que, fascinado por la novela de Jules Verne, partió en busca del «faro del fin del mundo».
Volvió a la isla en 1995, donde permaneció 3 meses aislado y sobreviviendo con medios rudimentarios en Bahía Flinders, extremo occidental de la isla. Decidió emprender el proyecto de reconstruir el faro, y con este fin creó el mismo año en el puerto francés de La Rochelle la Asociación del Faro del Fin del Mundo. Consiguió el apoyo de las autoridades de Tierra de Fuego y Ushuaia, de la Armada Argentina, del gobierno francés y de varias empresas privadas que recibieron la idea con entusiasmo.
El proyecto recibió también aportaciones económicas de los ayuntamientos franceses de Nantes (ciudad natal de Jules Verne) y de La Rochelle (lugar de residencia de André Bonner). En 1996, la municipalidad de Ushuaia decretó de interés municipal el proyecto de reconstrucción.
Se llevó a cabo una labor de investigación en documentos y fotografías de la época, para recuperar el diseño original del edificio. En 1995 se firmó un convenio entre el Museo Marítimo de Ushuaia, el Museo del Fin del Mundo y la Armada Argentina para realizar el relevamiento de San Juan de Salvamento.
Sobre la base de los planos elaborados por el ingeniero civil Mirón Gonik, y gracias al relevamiento realizado en los restos del faro y especialmente en sus cimientos, se construyó en el antiguo penal de Ushuaia una maqueta en escala 1/1 que fue inaugurada el 3 de octubre de 1997. Lo que se pudo recuperar de los restos del faro fue llevado en febrero de 1997 al Museo Marítimo de Ushuaia, aprovechando el paso por la isla de los Estados del rompehielos ARA Almirante Irizar, que volvía de una expedición en la Antártida.
Las obras de construcción del nuevo faro, similar al original faro de San Juan de Salvamento, en su emplazamiento original fueron llevadas a cabo durante el verano de 1998 por un equipo de 8 franceses bajo supervisión de André Bronner, y con apoyo logístico de la municipalidad de Ushuaia y de la Armada argentina que prestó el aviso ARA Suboficial Castillo (A-6) para el transporte de hombres y materiales de Ushuaia a la isla de los Estados.
El edificio fue construido en Francia, y llevado desmontado desde La Rochelle hasta Ushuaia. La luz del faro fue encendida el 26 de febrero de 1998,6 y la asociación francesa donó el edificio al Servicio de Hidrografía Naval argentinp. Las características del faro se registraron en el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Marina, y desde entonces figura en las cartas náuticas.
En diciembre de 2001, trasladados a bordo del rompehielos Ice Lady Patagonia, tres carpinteros de la Asociación de Amigos de la Isla de los Estados, con ayuda de un cabo de la Armada Argentina, realizaron por cuenta propia obras de mantenimiento y mejoras en el faro; abrieron dos ventanas suplementarias para dar más luz al interior, instalaron unas bajantes para recuperar el agua de lluvia en unos barriles de madera (como en el faro original), y pintaron el faro de blanco para proteger la madera. A comienzos de 2010, personal trasladado por la patrullera ARA Intrépida (P-85) realizó obras de acceso a las instalaciones.
El faro actual es una casa octogonal de 6,50 metros de altura total, ubicada sobre un promontorio rocoso, a 60 metros sobre el nivel del mar. Está construida en madera de cedro, con un techo de zinc rematado por una bola del mismo material. No tiene linterna, y la luz es proyectada a través de una ventana que da al mar. Unos paneles solares suministran la energía eléctrica necesaria.
Por Carlos Almirón LU7DSY