Argentina.- En abril del año 2000, un grupo de pioneros santiagueños se embarcaron hacia una isla del sur para “activarla” con sus equipos de radio, con todos los desafíos logísticos a los que se enfrenta semejante movilización. Se trató de una compleja expedición liderada por el Dr. Carlos Ribas Meneclier, el múltiple campeón y galardonado “diexista” santiagueño, junto a un grupo de radioaficionados, quienes, en largos turnos cada uno, lograron contactar a centenares de estaciones a lo largo del mundo. Tuvo lugar entre el 19 y el 24 de abril de 2000.
La isla Pingüino se encuentra a 21 km de Puerto Deseado, a unos 2.544 km de nuestra provincia. Tiene un viejo faro con sus dependencias en ruinas. Hasta hoy sigue sin ser habitada. Para desembarcar en la isla, se requirió de apoyo de la Prefectura Naval Argentina. En ese entonces, nadie nunca había transmitido por radio desde ahí.
En el marco de las activaciones “IOTA”, una de las principales actividades de los más valientes radioaficionados del mundo, que se trata de desplegar una estación de radio en islas inhóspitas y alejadas, para recolectar la mayor cantidad de comunicados posibles en un tiempo determinado. Un distinguido grupo de entusiastas santiagueños transmitieron su señal desde esta isla, donde nunca nadie lo había hecho antes, para de esta manera, “activar” la isla.
Tantas fueron las ganas de hacer historia de estos santiagueños, que, en tres grupos tomaron camino hacia la ciudad de Puerto Deseado en Santa Cruz, a 2.544,7 km de nuestra provincia, y una vez allí, se embarcaron hacia la isla Pingüino, que se encuentra a 21 km del puerto. Ahí, con todas las dificultades propias de un desembarco en una isla desierta, y prescindiendo equipo que no pudieron bajar del barco, erigieron el campamento base.
La travesía fue gestionada y liderada por el Dr. Carlos Ribas Meneclier, cuya señal distintiva es LU2NI, pero es esa ocasión operaron con la señal distintiva especial AY0N/X, la cual fue registrada por cientos de estaciones de las zonas más insólitas del mundo, quienes al unísono direccionaron sus antenas hacia el grupo de expedicionarios.
Cuando los expedicionarios desembarcaron, realizaron tareas de exploración y de despliegue de los equipos, junto con los víveres que no fueron pocos. Una vez apostados en el campamento y habiéndose instalado los equipos de radio, la actividad se dio en las bandas de 10 y 20 metros (28 y 14 Mhz), aprovechando las espectaculares condiciones de propagación para trabajar en estas bandas. Países de todo el mundo, desde los más conocidos, hasta los más insólitos y extraños puntos del globo, dieron su “Recibido” a la “AY0N/X”.
De esta manera, centenares de estaciones de todo el mundo apuntaron hacia esta isla conquistada por los santiagueños.
La actividad de radio en la provincia es procurada por el Radio Club Santiago del Estero LUNF, institución que, a la altura de su precedencia, sigue capacitando a los nuevos radioaficionados con diversos cursos.
Una vez concretada la travesía de los radioaficionados santiagueños y tras haber concretado el registro y documentación de la actividad, comenzaron los reconocimientos mundiales y una particular premiación.
Martín Atherton G3ZAY, ejecutivo de la comunidad IOTA, se comunicó personalmente en inglés, con del Dr. Carlos Ribas Meneclier LU2NI, para indicarle que junto a su equipo, luego de la osada expedición, habían sido galardonados con el premio de la RSGB HF Convention, como “La expedición más corajuda” del IOTA DXpedition del año 2000, siendo reconocidos a nivel mundial con este trofeo.
Se trata de uno de los más altos reconocimientos que la actividad de radio entrega a nivel mundial.
No es el único reconocimiento ni trofeo que el Dr. Ribas tiene en su haber, ya que fue incontables veces galardonado con diversos reconocimientos que otorga la actividad. Tanto en su operación en DX, que consiste en establecer contactos con radioaficionados ubicados lo más lejos posible al emplazamiento de la estación, como en diversos concursos, donde Ribas es múltiple campeón.
Actualmente, Ribas sigue operando, mayormente en los nuevos modos digitales, a la espera de dejar en condiciones su famosa estación, para volver a competir en concursos mundiales.
