Argentina.- El día en que los teléfonos celulares colapsen y una catástrofe vuelva inoperables las redes de internet, los radioaficionados dicen que estarán listos para salvar al mundo de la incomunicación. Incluso, si se cortan todos los sistemas de energía eléctrica.
Si bien la comunicación persona a persona a través de las ondas de radio fue superada por la tecnología digital de la telefonía móvil, tanto en calidad como en rapidez, los radioaficionados no se dan por vencidos. En Córdoba, como en el país, muchos siguen manteniendo sus equipos actualizados y sus prácticas operativas.
Y más que un servicio o un medio de comunicación, ya se ha vuelto un hobby. El principal atractivo hoy son las competencias entre equipos para lograr la mayor cantidad de contactos en un tiempo determinado.
Pero no dejan de entrenarse y de mantenerse en forma, por si en algún momento surge una emergencia que los necesite.
Muchos tienen equipos y preparación para situarse en cualquier lugar del planeta con su transmisor, su antena y su grupo electrógeno, e iniciar una comunicación.
Entre los radioaficionados cordobeses, recuerdan la explosión de la Fábrica Militar de Río Tercero, en 1995, cuando la ciudad quedó aislada al saturarse las comunicaciones telefónicas de línea fija y se cortó la energía. En esa época, la telefonía celular no existía.
Allí entraron en acción los radioaficionados. Colocaron una antena repetidora en la iglesia de Tancacha, un pueblo vecino, que sirvió de puente para las comunicaciones entre Río Tercero y Villa María o Córdoba, adonde trasladaron a los heridos.
Seguramente, hoy sería distinta la resolución de esa emergencia, pero en una situación extrema se los puede volver a necesitar.
Fuente y foto: www.lavoz.com.ar